Tras un breve retraso por problemas técnicos y un ratito de espera al público, que fue escaso, si bien colaborador y respetuoso.
Quizá desde aquí comenzar a reivindicar que en una ciudad como Granada, de esencia cultural, las instituciones públicas tendrían que facilitar y promover eventos culturales en horarios menos incómodos para el currante, pues de lunes a viernes y por la tarde, poco público podrá asistir.
Don Jorge Fdez. Bustos, bibliotecónomo, historiador y crítico periodístico, además de letrista, escritor y poeta, algo de dibujante y flamencólogo sabio, comenzó aseverando la dificultad de encontrar teorías fidedignas sobre la irrupción del pueblo gitano en Europa, al ser esta una etnia ágrafa; muchas fueron las hipótesis expuestas y más que eclecticismo comodón nos dibujó un perfil en que quizá cada una de ellas podría tener un punto de razón y varios de leyenda. Ni el punto de vista lastimero y victimista, ni el acusador excluyente.
Desde las que ponen el origen del pueblo romaní en gentes venidas junto con las tropas de Alejandro a su vuelta de la India, los que sin embargo hablan de éxodos producidos por invasiones varias –mogoles…- hasta los que hablan de una de las doce tribus de Israel.
Comentó como se “buscaron la vida” para pasar por peregrinos a Roma, y luego a Santiago, y cómo sus ropajes exóticos, sus habilidades adivinatorias, su nomadismo… fueron en inicio llaves de paso, por Asia Menor, Grecia, Centroeuropa... que mas tarde se convirtieron en su propia guillotina.
Llegaron entonces órdenes de expulsión, latigazos, minas de azogue, cárcel y galeras…
E irrumpió el Lebrijano y algunos fragmentos de su “Persecución” y Esperanza Fernández y su versión del Gelem gelem, y los tangos con ecos morunos del Sacromonte, en la voz de Marina Heredia…
Y ese paso por distintos lugares enriqueció un idioma misterioso con orígenes indostánicos, aportaciones bizantinas, árabe-andalusíes, sánscritas… una mezcla que al llegar a una tierra de otras mezclas, donde lo castellano y aragonés se mezclaba con lo berberisco y lo árabe, con la herencia sefardita…
Y el sol y el agua hicieron el resto,
y a las jotillas y fandangos ellos unieron el metal de la fragua,
y las farrucas gallegas, el cimbreo de la mimbre de sus canastos,
a los cantos de trilla y pregones, el tañer del cobre
y a las “seguidillas” de los juglares el quejío, la pena y el duende.
y surgieron seguirillas, soleares, malagueñas y mineras, granainas…
y fandangos de mil colores.
Y la unión de lo gitano y lo andaluz se fundieron,
pues sin el duende le los gitanos no hay flamenco y sin andaluces tampoco.